Santoral del día 30 de junio según el Martirologio Romano.

Santos Promártires de la Iglesia Romana
Durante el gobierno del Emperador Claudio, muchos judíos y cristianos se asentaron en Roma, siendo respetado en sus creencias.
Una vez que Nerón ascendió al trono mandó quemar la ciudad sibilinamente y cuando el Senado, desconociendo la verdad, buscó a los culpables recayó la responsabilidad sobre los cristianos.
Así es que fueron arrestados y asesinados después de haber sido torturados. Todos ellos eran discípulos de los apóstoles.
La Iglesia Católica los conmemora cada 30 de junio.
Todos los santos: Santoral 30 de junio
- Santos Protomártires de la Iglesia Romana, que, acusados de haber incendiado la Urbe, por orden del emperador Nerón unos fueron asesinados después de crueles tormentos, otros, cubiertos con pieles de fieras, entregados a perros rabiosos, y los demás, clavados en cruces, quemados para que, al caer el día, alumbrasen la noche. Eran todos discípulos de los apóstoles y fueron las primicias que la Iglesia Romana presentó al Señor (s. I).
- En Alejandría, en Egipto, san Basílides, que, en tiempo del emperador Septimio Severo, al conducir a la virgen santa Potamiena al suplicio, la protegió de las intenciones deshonestos de algunos hombres, recibiendo como premio la gracia de convertirse a Cristo y, después de un breve combate, llegar a ser mártir glorioso (c. 202).
- En Limoges, de Aquitania, san Marcial, obispo (s. III).
- En Cenomanum (hoy Le Mans), de Neustria, san Bertrando, obispo, pastor pacífico, muy atento a las necesidades de los pobres y de los monjes (623).
- En Salzburgo, en la región de Baviera, santa Erentrudis, primera abadesa del monasterio de Nonnberg y sobrina de san Ruperto, que colaboró a su predicación con la oración y el trabajo (718).
- En Salánica, en el territorio de Vicenza, san Teobaldo, presbítero y eremita, que habiendo nacido en la familia de los condes de Champagne, de Francia, con su amigo Gualterio renunció a las riquezas y a los honores, abrazando por Cristo la soledad y la pobreza (1066).
- En Nitra, en los montes Cárpatos, muerte de san Ladislao, rey de Hungría, que restableció en su reino las leyes cristianas dictadas por san Esteban, corrigió las costumbres, dando él mismo ejemplo de virtud, y propagó la fe cristiana en Croacia, que había sido incorporada al reino húngaro, estableciendo la sede episcopal de Zagreb. Murió cuando se disponía a una guerra con Bohemia, siendo enterrado en Varadino, en Transilvania (1095).
- En Bamberg, de Franconia, san Otón, obispo, que evangelizó con gran celo a los pomeranios (1139).
- En Osnabrück, en Sajonia, san Adolfo, obispo, que abrazó las costumbres cistercienses en el monasterio de Altenkamp (1224).
- En Londres, en Inglaterra, beato Felipe Powell, presbítero de la Orden de San Benito y mártir, el cual, originario del País de Gales, en tiempo del rey Carlos I fue detenido a bordo de una nave y, por ser sacerdote e intentar entrar en Inglaterra, condenado al martirio en Tyburn (1646).
- En Nápoles, de la Campania, beato Jenaro María Sarnelli, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, que se entregó generosamente a ayudar a los más miserables (1744).
- En la ciudad de Hai Duong, en Tonquín, san Vicente Do Yen, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, en tiempo del emperador Minh Mang, fue degollado por odio a la fe cristiana (1838).
- En la aldea de Chendum, cerca de Jiaohe, en la provincia china de Hebei, santos Raimundo Li Quanzhen y Pedro Li Quanhui, mártires, que, siendo hermanos, en la persecución por parte de los partidarios de la secta Yihetuan dieron un glorioso testimonio; el primero, llevado a un templo pagano, al negarse a venerar aquellas divinidades fue azotado hasta morir, mientras que el segundo fue asesinado con no menor crueldad (1900).
- En Lviv, en Ucrania, conmemoración del beato Zenon Kovalyk, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor y mártir, que en tiempo de un régimen hostil a Dios alcanzó la palma gloriosa en un día desconocido (1941).
- En Winnipeg, en la provincia de Manitoba, en Canadá, beato Basilio Velyckovsky, obispo de la Iglesia grecocatólica de Ucrania y mártir, que por haberse dedicado a ejercer clandestinamente en su patria el ministerio entre los cristianos católicos de rito bizantino, fue martirizado por los perseguidores de la fe, muriendo, finalmente, en el exilio (1973).