Santoral del día 4 de abril según el Martirologio Romano.
Todos los santos: Santoral 4 de abril
- San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, que, discípulo de su hermano Leandro y sucesor suyo en la sede de Sevilla, en la Hispania Bética, escribió con erudición, convocó y presidió varios concilios, y trabajó con celo y sabiduría por la fe católica y por la observancia de la disciplina eclesiástica (636).
- En Tesalónica, de Macedonia, santos mártires Agatópodo, diácono, y Teodulo, lector, que, a causa de su confesión de la fe cristiana, en tiempo del emperador Maximiano, y por mandato del prefecto Faustino, fueron arrojados al mar con una piedra atada al cuello (s. IV in.).
- En Milán, en la provincia de Liguria, muerte de san Ambrosio, obispo, que el día de Sábado Santo salió al encuentro de Cristo vencedor de la muerte. Su memoria se celebra el siete de diciembre, aniversario de su ordenación (397).
- En Constantinopla, san Platón, hegúmeno, que durante muchos años luchó con ánimo invencible contra los destructores de las sagradas imágenes y, con su sobrino Teodoro, organizó el célebre monasterio de Studión (814).
- En Poitiers, en Aquitania, san Pedro, obispo, que favoreció los comienzos de la Orden de Fontevrault y, removido injustamente de la sede, falleció exiliado en Chauvigny (1115).
- En Siclo, de Sicilia, beato Guillermo Cuffitelli, eremita, que, renunciando a la práctica de la caza, pasó cincuenta y siete años en la soledad y en la pobreza (1411).
- En Palermo, de Sicilia, en Italia, san Benito Massarari, denominado el “Negro” por el color de su piel, fue primero eremita, y entró después en la Orden de los Hermanos Menores, mostrándose humilde en todo y siempre lleno de fe en la divina Providencia (1589).
- En Catania, también de Sicilia, beato José Benito Dusmet, obispo, de la Orden de San Benito, que fomentó vivamente el culto divino, la instrucción cristiana del pueblo y el celo en el clero, y en tiempo de pestilencia prestó auxilio a los enfermos (1894).
- 9. En el lugar de Aljustrel, cerca de Fátima, en Portugal, beato Francisco Marto, que, consumido por una enfermedad siendo todavía niño, brilló por la suavidad de costumbres, la perseverancia en los sufrimientos y en la fe, y también por la asiduidad en la oración (1919). 10. En Regio Calabria, en Italia, beato Cayetano Catanoso, presbítero, que instituyó la Congregación de las Hermanas Verónicas del Rostro Santo, para alivio de los pobres y abandonados (1953).