Santoral del día 7 de febrero de 2024 según el Martirologio Romano.
Santos del 7 de febrero
Todos los santos: Santoral 7 de febrero
- En Nola, en la Campania, san Máximo, obispo, que rigió la Iglesia de esta ciudad en periodo de persecuciones y, después de una larga vida, descansó en paz (s. III).
- En Lampsaco, en la región del Helesponto, san Partenio, obispo, que en tiempo del emperador Constantino fue un eximio propagador de la fe con su predicación y su ejemplo (s. IV).
- En las montañas del Sinaí, san Moisés, que, después de haber llevado vida eremítica en el desierto, a petición de Mavia, reina de los sarracenos, fue ordenado obispo, logrando imponer la paz entre aquellas gentes violentas y mantener intacta la vida cristiana (c. 389).
- En Florencia, de la Etruria, santa Juliana, viuda (s. IV).
- En Siponte, de la Apulia, san Lorenzo, obispo (c. 545).
- En Luca, de la Toscana, san Ricardo, padre de los santos Willibaldo y Waldburgis, el cual, peregrinando junto con sus hijos desde Inglaterra a Roma, falleció durante el camino (c. 720).
- En Soterión, de Fócida, san Lucas el Joven, eremita (955).
- En Mucia, de la región del Piceno, en Italia, beato Ricerio, que fue uno de los primeros y estimados discípulos de san Francisco (1236).
- En Asís, de la Umbría, beato Antonio de Stroncónio, religioso de la Orden de los Hermanos Menores (1461).
- En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Sherwood, mártir, que, siendo comerciante en ropa de vestir, pasó a Douai para iniciarse en el sacerdocio, y al regresar a Londres para asistir a su padre anciano y enfermo, fue detenido por la calle y conducido al suplicio, en tiempo de la reina Isabel I (1578).
- En Aubenas, en la región francesa de Viviers, beatos mártires Jacobo Salès, presbítero, y Guillermo Saultemouche, religioso, de la Compañía de Jesús, que con su predicación consolidaron la fe del pueblo, pero al caer la ciudad en manos de los disidentes, un domingo, y en presencia de toda la población, fueron martirizados (1593).
- En Nápoles, en la región de la Campania, san Gil (o Egidio) María de San José (Francisco) Pontillo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que por las calles de la ciudad pedía humildemente cada día limosna al pueblo, al cual consolaba con sus palabras (1812).
- En la ciudad de Changsha, en la provincia de Hunan, en China, san Juan de Triora (Francisco María) Lantrua, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que, después de una larga y cruel prisión, fue estrangulado (1816).
- En la ciudad de París, en Francia, beata Rosalía (Juana María) Rendu, virgen de la Hijas de la Caridad, que trabajó incansablemente en una vivienda de los suburbios más pobres de la ciudad, dispuesta como refugio para necesitados, visitando en sus casas a los pobres. En tiempo de luchas civiles trabajó a favor de la paz y convenció a muchos jóvenes y a ricos para que se dedicasen a obras de caridad (1856).
- En París, en Francia, beata María de la Providencia (Eugenia) Smet, virgen, fundadora del Instituto de Hermanas Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio (1871).
- En Roma, beato Pío IX, papa, que proclamó la verdad de Cristo, a quien estaba íntimamente unido, e instituyó muchas sedes episcopales, promoviendo el culto de la Santísima Virgen María y convocando el Concilio Vaticano I (1878).
- En Pont de Molins, pueblo de la provincia de Gerona, en España, beatos mártires Anselmo Polanco, obispo de Teruel, y Felipe Ripoll, presbítero, que, a pesar de las amenazas y de las promesas, mantuvieron su fidelidad a la Iglesia (1939).
- Cerca de Cracovia, en Polonia, beato Adalberto Nierychlewski, presbítero de la Congregación de San Miguel y mártir, el cual, por haber redactado un documento defendiendo la dignidad humana y la religión bajo un régimen militar opuesto a ello, fue deportado al campo de concentración de Auschwitz (Oswiecim), donde por su fe en Cristo fue ejecutado después de crueles tormentos (1942).
- En el campo de concentración cercano a la ciudad de Angarsk, en la región rusa de Siberia, beato Pedro Verhun, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución religiosa alcanzó la vida eterna con una muerte fiel (1957).